Es una localidad disputada entre Florencia, Lucca y Pistoia, conserva dos elementos que recuerdan el pasado de la ciudad como lugar fortificado: los restos de dos fortalezas situadas en lados opuestos del pueblo. Además, se encuentran la Torre de Barbarossa, hecha de piedra caliza, y la fortaleza de Castruccio, ahora conocida como Fuerte Nuevo. Este último tiene una forma triangular particular con una torre hexagonal que se eleva y desde la cual la vista es extraordinaria. En el pasado, estas dos estructuras estaban unidas por una pasarela de guardia que formaba parte del recinto amurallado. De estas últimas sólo se conservan algunos tramos, entre ellos, la Puerta Gabella, que se abre en una calle que conduce al pueblo homónimo, que en la antigüedad fue una aduana.
Después de admirar la Iglesia San Michele Arcangelo en Serravalle, nos aventuramos hacia sus aldeas, dispersas en una amplia zona, pero cada una con sus propios lugares de interés. Entre ellos se encuentran Cantagrillo, Casalguidi, Castellina y Vinacciano , donde se pueden apreciar elegantes villas en la naturaleza y vistas al valle circundante.