Montemignaio

El pueblo, aunque pequeño, aún conserva uno de los tesoros más preciados de todo Casentino: la Parroquia románica Santa Maria Assunta, que se remonta al Siglo XI. La iglesia misma, con sus refinadas decoraciones, evoca los particularidades de la historia local, que siempre ha estado relacionada al trabajo en los bosques: los capiteles están adornados con formas de follaje y representan hombres dedicados a los oficios antiguos.

A dos kilómetros del pueblo vale la pena visitar el pequeño Oratorio Santa Maria de Calle. Construido gracias a la contribución de peregrinos que acudieron numerosos a venerar una imagen de la Madonna (considerada milagrosa), que se conservaba en un antiguo tabernáculo, núcleo original de este pequeño lugar de fe. El oratorio presenta una logia de tres arcadas y se caracteriza por sus ventanas y sus reclinatorios externos.

Casentino sigue siendo uno de los paisajes más fascinantes de Toscana, no sólo por sus atractivos naturalísticos, sino también porque en el pasado fue un lugar muy frecuentado, donde han pasado a pie una cantidad de viandantes y donde algunas familias importantes decidieron asentarse. Aún hoy en día es agradable buscar los vestigios en los hermosos pueblos que, como Montemignaio, embellecen el paisaje de estos valles boscosos.

Por ejemplo, Castel San Niccolò es un pueblo muy conocido por acoger la Bienal de la piedra trabajada, ocasión en la que es posible admirar a artistas y cinceladores. Una curiosidad es que en toda esta zona está muy desarrollado el cultivo de abetos destinados para ser utilizados como árboles de Navidad.

En la cercana Poppi se encuentra el Castillo de los Condes Guidi, donde parece que Dante Alighieri compuso el canto XXXIII del Infierno de la "Divina Comedia".

En el periodo otoñal, Montemignaio acoge la habitual Feria de la polenta, una auténtica fiesta dedicada a la polenta de harina de maíz y de harina de castañas. El evento ofrece en Casentino puestos de comida autóctona, donde se puede degustar cerdo, salchichas, castañas asadas y vino, pero también se puede disfrutar de conciertos y actuaciones. Todo se desarrolla en torno al tronco ardiendo que contribuye a hacer que la atmósfera del pueblo sea única.

En Montemignaio, como en todas las demás localidades de Pratomagno, se produce una excelente harina de castañas, ingrediente fundamental de muchas recetas. La especialidad que te recomendamos que pruebes es la polenta de castañas, también llamada "pulenda". Se suele servir con quesos frescos y ricotta; al día siguiente se corta en rodajas y se tuesta al fuego y se puede acompañar con setas, carne y fiambres.