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Firenzuola

Tierra media en la línea gótica, entre los castillos y los sabores de la tradición de Mugello

Firenzuola, en el alto Mugello, siempre ha sido una parada intermedia para quienes viajan entre Florencia y Bolonia. Situado en el alto valle del río Santerno, permanece aislado del resto del mundo y ofrece paisajes impresionantes que van desde las canteras de Pietra Serena, tan amadas por Brunelleschi, hasta las aguas azules del río Rovigo.

El nombre del pueblo, que significa pequeña Florencia, fue sugerido por el historiador Giovanni Villani en el siglo XIV, el mismo que también diseñó el escudo que representa en una mitad el símbolo del Municipio de Florencia - el lirio - y en la otra mitad el símbolo del pueblo - la cruz roja sobre fondo blanco.
Considerada su posición estratégica, la primera piedra de Firenzuola fue colocada el 9 de abril de 1332 por la República de Florencia, para defender sus fronteras y al mismo tiempo como puesto de avanzada en la tierra de Romaña. El pueblo, en el pasado, estuvo encerrado dentro de la cinta amurallada del castillo, que está abierto al sur y al norte por dos puertas medievales ampliadas en el 1874: Puerta Florentina y Puerta Boloñesa

En el siglo XV el pueblo fue casi completamente reconstruido por Antonio da San Gallo - uno de los mejores arquitectos del Renacimiento - a instancias de Lorenzo el Magnífico. En el Renacimiento el gobernador de la ciudad era Nicolás Maquiavelo.

Qué ver en Firenzuola

En el 1944, Firenzuola fue casi completamente destruida por los bombardeos. La reconstrucción comenzó tan pronto como terminó la guerra y se llevó a cabo en el perímetro exacto del pueblo original, con una arquitectura moderna que flanqueaba las antiguas puertas renacentistas y la poderosa fortaleza con estructuras futuristas como la iglesia San Giovanni Battista y la Casa del Pueblo, creando un contraste de materiales y formas diferentes pero armoniosas.

Entre los museos que puedes visitar se encuentra aquel de Pietra Serena, que está situado en el interior del sótano y en el foso de la Fortaleza. El museo documenta la historia de la extracción de la pietra serena, un material que ha sido fundamental en la tradición cantera típica de este espléndido pueblo.

En el 1944, Firenzuola fue casi completamente destruida por los bombardeos. La reconstrucción comenzó tan pronto como terminó la guerra y se llevó a cabo en el perímetro exacto del pueblo original, con una arquitectura moderna que flanqueaba las antiguas puertas renacentistas y la poderosa fortaleza con estructuras futuristas como la iglesia San Giovanni Battista y la Casa del Pueblo, creando un contraste de materiales y formas diferentes pero armoniosas.

Entre los museos que puedes visitar se encuentra aquel de Pietra Serena, que está situado en el interior del sótano y en el foso de la Fortaleza. El museo documenta la historia de la extracción de la pietra serena, un material que ha sido fundamental en la tradición cantera típica de este espléndido pueblo.

En los alrededores

Firenzuola se considera hoy en día un lugar ideal para explorar las alturas de Mugello y las bellezas naturales como la Roca de San Zenobi o algunas de las interminables vistas panorámicas esparcidas por los 126 kilómetros de caminos perfectos para el senderismo.
En este territorio también se puede visitar el Cementerio Germánico que se encuentra en el Paso de Futa, a 900 metros sobre el nivel del mar. Una obra del arquitecto alemán Dieter Oesterlen, inaugurada en el 1969 y que atrae a muchos visitantes cada año.

Entre los muchos caminos, ciertamente vale la pena llegar a la Abadía San Pietro a Moscheta, fundada en el 1034, que actualmente es la sede del Museo del Paisaje Histórico de los Apeninos.

Es sugestiva también la Parroquia San Giovanni decollato, que se encuentra en la aldea Cornacchia.

Firenzuola se considera hoy en día un lugar ideal para explorar las alturas de Mugello y las bellezas naturales como la Roca de San Zenobi o algunas de las interminables vistas panorámicas esparcidas por los 126 kilómetros de caminos perfectos para el senderismo.
En este territorio también se puede visitar el Cementerio Germánico que se encuentra en el Paso de Futa, a 900 metros sobre el nivel del mar. Una obra del arquitecto alemán Dieter Oesterlen, inaugurada en el 1969 y que atrae a muchos visitantes cada año.

Entre los muchos caminos, ciertamente vale la pena llegar a la Abadía San Pietro a Moscheta, fundada en el 1034, que actualmente es la sede del Museo del Paisaje Histórico de los Apeninos.

Es sugestiva también la Parroquia San Giovanni decollato, que se encuentra en la aldea Cornacchia.

Eventos

A finales de mayo se celebra la Feria del Prugnolo, una típica seta presente en el territorio, con un sabor marcado y delicado a la vez. Muy buscado y apreciado, siempre ha sido el ingrediente para sazonar los primeros platos con pasta fresca y para comer con el pan tostado. Además, en septiembre se celebra la feria-mercado de la patata Firenzuolina, donde se pueden degustar las famosas patatas de Firenzuola. 

A finales de mayo se celebra la Feria del Prugnolo, una típica seta presente en el territorio, con un sabor marcado y delicado a la vez. Muy buscado y apreciado, siempre ha sido el ingrediente para sazonar los primeros platos con pasta fresca y para comer con el pan tostado. Además, en septiembre se celebra la feria-mercado de la patata Firenzuolina, donde se pueden degustar las famosas patatas de Firenzuola. 

Productos locales

En esta tierra la cría de ganado es un segmento fundamental: la raza bruna, fuerte y resistente, es la favorita de los agricultores directos locales. La carne de Le Mugellane es muy sabrosa y preciada y se puede comprar en las carnicerías del lugar.

Además de la producción tradicional de patatas blancas y amarillas, que tienen una gran demanda y son difíciles de conseguir, también se realiza aquella de castañas confitadas y castañas secas, pero recientemente se ha cultivado y procesado aquí el farro biológico.

No olvides que este territorio es el hogar de Mukki Mugello, en el Camino de la Leche.

En esta tierra la cría de ganado es un segmento fundamental: la raza bruna, fuerte y resistente, es la favorita de los agricultores directos locales. La carne de Le Mugellane es muy sabrosa y preciada y se puede comprar en las carnicerías del lugar.

Además de la producción tradicional de patatas blancas y amarillas, que tienen una gran demanda y son difíciles de conseguir, también se realiza aquella de castañas confitadas y castañas secas, pero recientemente se ha cultivado y procesado aquí el farro biológico.

No olvides que este territorio es el hogar de Mukki Mugello, en el Camino de la Leche.

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