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Itinerarios
Excursión circular entre Greve y Panzano

En el corazón de Chianti para penetrar en uno de los paisajes más queridos en Toscana

En todo el mundo, el paisaje de Chianti es un símbolo de Toscana, amado, soñado y celebrado casi en modo excesivo. Pero, ¿cómo podemos no dar razón a los turistas de cada parte del planeta che se dejan encantar por este equilibrio perfecto de formas y colores, por la armonía entre la naturaleza y el hombre, que en estos lugares parece ser tan fácil de conseguir, por la belleza de una campaña que en las mesas se convierte en manjares?

Hay muchas maneras para vivir y gustar esta extraordinaria región, pero una de las mejores es seguramente atraversarla con paso lento del excursionista: una inmersión completa en el territorio, para ir más allá de los clichés y las imágenes brillantes, saboreando la realidad más verdadera y genuina.

La excursión que proponemos nos lleva a Greve, uno de los municipios que forman el corazón de Chianti.

1.
PRIMERA ETAPA
Desde Greve hasta Montefioralle

Nuestro itinerario comienza en el centro del hermoso pueblo Greve, considerado la "puerta de entrada" a la zona de Chianti.

El pueblo, de origen medieval, se resume en la hermosa plaza triangular, en cuyo centro se encuentra la estatua del navegante Giovanni da Verrazzano, uno de los hijos más célebre de la ciudad, que se recuerda en la historia como el descubridor de la bahía de Nueva York.

Los edificios que rodean la plaza por los tres lados tienen pórticos, lo que demuestra el importante rol que Greve ha tenido a lo largo de los siglos como plaza de mercado, situada en un punto estratégico entre el Valle de Arno, el Valle de Greve y la carretera que comunicaba Florencia con Siena.

Bajo estas arcadas hoy en día hay restaurantes, enotecas y tiendas de comestibles, que ofrecen la oportunidad de degustar los vinos locales productos típicos exquisitos del territorio.

Salimos del pueblo recorriendo la calle Roma, calle San Francesco (donde, en el antiguo convento, hay un interesante museo de arte sacro) y luego por la calle Montefioralle, inmersos en el paisaje típico de Chianti.

El itinerario se desarrolla por varios tramos por carreteras asfaltadas, pero esto no ocasiona molestia: hay muy pocos coches que se encuentran en estas carreteras refrescadas por la sombra de los cipreses y el asfalto que se desliza a lo largo de los perfiles ondulantes de las colinas es una invitación irresistible para descubrir y continuar el viaje.

Nuestro itinerario comienza en el centro del hermoso pueblo Greve, considerado la "puerta de entrada" a la zona de Chianti.

El pueblo, de origen medieval, se resume en la hermosa plaza triangular, en cuyo centro se encuentra la estatua del navegante Giovanni da Verrazzano, uno de los hijos más célebre de la ciudad, que se recuerda en la historia como el descubridor de la bahía de Nueva York.

Los edificios que rodean la plaza por los tres lados tienen pórticos, lo que demuestra el importante rol que Greve ha tenido a lo largo de los siglos como plaza de mercado, situada en un punto estratégico entre el Valle de Arno, el Valle de Greve y la carretera que comunicaba Florencia con Siena.

Bajo estas arcadas hoy en día hay restaurantes, enotecas y tiendas de comestibles, que ofrecen la oportunidad de degustar los vinos locales productos típicos exquisitos del territorio.

Salimos del pueblo recorriendo la calle Roma, calle San Francesco (donde, en el antiguo convento, hay un interesante museo de arte sacro) y luego por la calle Montefioralle, inmersos en el paisaje típico de Chianti.

El itinerario se desarrolla por varios tramos por carreteras asfaltadas, pero esto no ocasiona molestia: hay muy pocos coches que se encuentran en estas carreteras refrescadas por la sombra de los cipreses y el asfalto que se desliza a lo largo de los perfiles ondulantes de las colinas es una invitación irresistible para descubrir y continuar el viaje.

2.
SEGUNDA ETAPA
Desde Montefioralle hasta Panzano

Siguiendo nuestro itinerario, a poco más de un kilómetro del pueblo de Greve, encontramos la pequeña aldea Montefioralle, una de las joyas de Chianti, que surge en la cima de una colina, en una posición demasiado estratégica para no haber sido, en otros tiempos, la sede de algun castillo.

De hecho, así es: las casas del pequeño pueblo surgen alrededor de un antiguo castillo y, en ciertos tramos, todavía están protegidas por las antiguas murallas. La tradición dice que una de estas casas pertenecía a Amerigo Vespucci o al menos a su familia, reafirmando una curiosa vocación de estos lugares de tierra y de campañas, capaces de traer al mundo hombres destinados a surcar los océanos más lejanos...

No puedes perderte de dar un paseo por las calles del pueblo, pero luego nuestra navegación debe continuar. Es necesario surcar de nuevo las olas de la campaña de Chianti, a lo largo del polvoriento camino de tierra que avanza entre las hileras de viñas y el follaje plateado de los olivos, hasta llegar a la carretera provincial que conduce a la aldea Panzano.

Si eres alérgico al asfalto, después de unos cien metros podrás girar todo a estribor, siguiendo la rodada de la localidad Cinciole que, tomándola un poco más amplia, te lleva hasta el mismo puerto.

Siguiendo nuestro itinerario, a poco más de un kilómetro del pueblo de Greve, encontramos la pequeña aldea Montefioralle, una de las joyas de Chianti, que surge en la cima de una colina, en una posición demasiado estratégica para no haber sido, en otros tiempos, la sede de algun castillo.

De hecho, así es: las casas del pequeño pueblo surgen alrededor de un antiguo castillo y, en ciertos tramos, todavía están protegidas por las antiguas murallas. La tradición dice que una de estas casas pertenecía a Amerigo Vespucci o al menos a su familia, reafirmando una curiosa vocación de estos lugares de tierra y de campañas, capaces de traer al mundo hombres destinados a surcar los océanos más lejanos...

No puedes perderte de dar un paseo por las calles del pueblo, pero luego nuestra navegación debe continuar. Es necesario surcar de nuevo las olas de la campaña de Chianti, a lo largo del polvoriento camino de tierra que avanza entre las hileras de viñas y el follaje plateado de los olivos, hasta llegar a la carretera provincial que conduce a la aldea Panzano.

Si eres alérgico al asfalto, después de unos cien metros podrás girar todo a estribor, siguiendo la rodada de la localidad Cinciole que, tomándola un poco más amplia, te lleva hasta el mismo puerto.

3.
TERCERA ETAPA
Desde Panzano hasta Greve

Panzano hoy en día es una de las aldeas más pobladas de Greve, un pueblo con una identidad propia e independiente, ciertamente orgulloso de su historia milenaria, que desde el siglo XII ha tomado partido en primera línea para defender los territorios florentinos de las incursiones de los eternos rivales de Siena.

Si eres un caminante diligente, uno de los que parten al amanecer, probablemente llegarás aquí al mediodía, en el momento oportuno para que tu atención, en lugar de las piedras del antiguo castillo, sea capturada por los perfumes que provienen de los tiendas y de las tabernas que dan a la plaza y a los callejones. Depende de ti elegir, pero sin perder demasiado tiempo, porque aquí, generalmente, donde se cae, se cae bien...

Se reanuda el camino con el estómago lleno y las piernas reblandecidas por una copa de buen vino; continuar no es fácil, pero por suerte el camino hacia Greve ¡es todo cuesta abajo! Es suficiente seguir por un tramo hasta la carretera provincial y, en la primera curva acodada, introducirse en Via Case Sparse (indicaciones para el restaurante Valle).  El camino blanco desciende en la campaña hasta casi las puertas de Greve, donde se une a la carretera provincial. También en este tramo, para evitar superar la dosis media diaria de asfalto, puedes escabullirte después de pocos metros, tomando el camino de tierra a la derecha después de la finca Casanova. Con un giro a la izquierda en el primer cruce y un vado un poco aventurero del río Greve, llegarás a un camino que, pasando junto a los campos de fútbol, te llevará hasta la plaza del pueblo.

Panzano hoy en día es una de las aldeas más pobladas de Greve, un pueblo con una identidad propia e independiente, ciertamente orgulloso de su historia milenaria, que desde el siglo XII ha tomado partido en primera línea para defender los territorios florentinos de las incursiones de los eternos rivales de Siena.

Si eres un caminante diligente, uno de los que parten al amanecer, probablemente llegarás aquí al mediodía, en el momento oportuno para que tu atención, en lugar de las piedras del antiguo castillo, sea capturada por los perfumes que provienen de los tiendas y de las tabernas que dan a la plaza y a los callejones. Depende de ti elegir, pero sin perder demasiado tiempo, porque aquí, generalmente, donde se cae, se cae bien...

Se reanuda el camino con el estómago lleno y las piernas reblandecidas por una copa de buen vino; continuar no es fácil, pero por suerte el camino hacia Greve ¡es todo cuesta abajo! Es suficiente seguir por un tramo hasta la carretera provincial y, en la primera curva acodada, introducirse en Via Case Sparse (indicaciones para el restaurante Valle).  El camino blanco desciende en la campaña hasta casi las puertas de Greve, donde se une a la carretera provincial. También en este tramo, para evitar superar la dosis media diaria de asfalto, puedes escabullirte después de pocos metros, tomando el camino de tierra a la derecha después de la finca Casanova. Con un giro a la izquierda en el primer cruce y un vado un poco aventurero del río Greve, llegarás a un camino que, pasando junto a los campos de fútbol, te llevará hasta la plaza del pueblo.

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