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Reserva de Berignone
Photo © Davide Bettini
Photo © Davide Bettini

Reserva Natural Bosque de Berignone

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Elementos de la naturaleza

Un área de gran interés naturalístico

La reserva forma parte del bosque algo más extenso en Berignone, que se desarrolla en el Alto Valle en Cecina, entre los Municipios de Volterra y Pomarance, sobre una superficie de más de dos mil hectáreas. Es un área constituida de bosques y arbustos poblados por una fauna exuberante. Encontramos puercoespines, garduñas, tejones, liebres, más de cincuenta especies de aves, pero también numerosos jabalíes y lobos, que viven tranquilos entre las tupidas encinas y los abetos. Los recursos vitales no faltan, hay varios cauces de agua que atraviesan la zona: además de los torrentes Fosci y Sellate, se distingue por su caudal el río Cecina, que en la localidad Masso delle Fanciulle crea una agradable área balnearia donde los lugareños combaten el calor del verano.

Fauna de la reserva de Berignone
Fauna de la reserva de Berignone - Credit: Nuccio71

Mientras caminas a través de la sombra del follaje en este bosque, pronto percibirás su aspecto salvaje e incontaminado. Sin embargo, también hay senderos, que están bien mantenidos en su camino, que le permiten explorar con seguridad el bosque y aprender más sobre la vida en el bosque, gracias a algunos paneles didácticos. Este territorio, además de contener un considerable interés naturalístico, ha visto una importante presencia del hombre: refugio seguro para los partisanos en tiempos de Resistencia y lugar de trabajo hasta los años sesenta. Como reserva indiscutible de madera, el entorno era frecuentado por leñadores, que suministraban el combustible necesario para alimentar las salinas en Volterra. De hecho, con su habilidad, dedicaban áreas específicas a los quemadores de carbón, estructuras que permitieron transformar los troncos en carbón útil.

En resumen, la historia se ha hecho también entre estos árboles y dos ruinas de fuertes medievales lo atestiguan: el Castillo de los Obispos y el Castillo de Luppiano. El primero, en particular, era, como su nombre indica, la residencia de los prelados de la Diócesis del lugar y fue, durante un tiempo, la casa de la moneda donde se acuñaban las monedas de los habitantes de Volterra.