Lunigiana no sólo es una tierra de pueblos y castillos, sino que también esconde lugares naturales incontaminados y poco conocidos como los estrechos de Giaredo.
Una sucesión de cañones, cinco en total, donde se puede observar de cerca la magia de la piedra tallada por las aguas arremolinadas del torrente Gordana. Situado en la frontera entre los territorios de Pontremoli y Zeri en la provincia de Massa-Carrara, los Estrechos de Giaredo son una de las maravillas naturales de Alta Lunigiana en los Apeninos Toscanos-Emilianos.
Paredes de más de 20 metros de altura que esconden un universo natural difícil de imaginar desde el exterior. Comienza con un tranquilo paseo, unos cientos de metros antes de llegar a la entrada real del estrecho. Como el telón de un teatro, las orillas del torrente se elevan de repente para mostrar su patrimonio secreto.
En el escenario inicia un espectáculo único cuyos discretos protagonistas: el agua, las rocas y la vegetación silvestre son iluminadas por una luz ámbar que captura su verdadera esencia. Para escalar los Estrechos hay que caminar por el lecho del arroyo y de vez en cuando, nadar en las profundas piscinas de agua cristalina.
Lo que llama la atención en el paisaje, más allá de la estrechez de los desfiladeros, es la variedad de colores de la roca. Un caleidoscopio natural en el que los reflejos multicolores que van del rojo al verde, del gris al azul se difunden desde el agua. Una estratificación tan perfecta que recuerda a un pastel arco iris.
El itinerario es de libre acceso y es preferible visitar este lugar durante el verano. Puedes elegir entre una excursión: en total autonomía - en este caso es aconsejable vestirse con un traje térmico para protegerse de la baja temperatura del agua - o con la ayuda de guías expertos, que le proporcionarán el equipo necesario. Sea cual fuere su decisión, es fundamental saber nadar para visitar los Estrechos.