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Etruscos, urna de los esposos, Volterra
Photo © Photo-Credits-Sailko-Wikipedia
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Museo Etrusco Guarnacci

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Museos

Un recorrido cronológico descubriendo las tumbas etruscas

El Museo Etrusco Guarnacci fue fundado en el 1761 cuando el noble abad Mario Guarnacci donó a Volterra, su ciudad natal, su extraordinario patrimonio arqueológico, recogido durante años de investigación y adquisiciones.

La colección se encuentra desde el 1877 en la sede actual del Palacio Desideri Tangassi y recoge hallazgos que van desde la prehistoria, pasando por el período de las culturas orientales, arcaica, clásica, hasta el período helenístico (siglo IV a.C. - siglo I a.C.), en el cual Volterra tuvo su mayor desarrollo.

En el Museo se conservan más de 600 urnas, divididas de acuerdo al tema de los bajorrelieves de la caja: se encuentran motivos ornamentales con rosetas, demonios o máscaras, pero también animales fantásticos y feroces, el viaje al infierno a caballo, la despedida de los difuntos a sus familiares. También hay urnas decoradas con espléndidos bajorrelieves de la mitología griega, como Edipo y la Esfinge, el secuestro de Helena, Teseo y el Minotauro, las Amazonas, Ulises y las Sirenas. 

La Sombra del Atardecer
La Sombra del Atardecer - Credit: Alessandro Farese

Uno de los monumentos más significativos de la colección es la Urna de los Esposos, que representa dos esposos ancianos acostados sobre la cama del banquete con sus rostros fuertemente caracterizados, modelados en terracota.

Otro símbolo del Museo y de todo el mundo etrusco es el bronce votivo que representa a un hombre joven famoso como la Sombra del Atardecer: su fama se debe a la forma alargada que se asemeja a una sombra humana proyectada a la luz del atardecer, lo que lo hace similar a obras de escultura contemporánea.

El alargamiento innatural y al mismo tiempo las proporciones perfectas de la figura hacen del ex-voto una obra maestra de la escultura etrusca del siglo III a.C.

El itinerario del museo, que se realiza por las tres plantas, también incluye una excavación arqueológica cubierta por vidrio, sobre la cual es posible caminar mientras se admira uno de los hallazgos que datan de los años noventa. El último piso del museo es la azotea del edificio, una terraza panorámica con vistas a la ciudad.